González trató de mostrarse como una persona diferente en la política, pero la falta de un equipo sólido y una campaña con muchas limitaciones la dejaron en desventaja. Es cierto que su participación en el debate presidencial le dio algo de visibilidad, pero perder el acceso a su cuenta de Instagram en plena campaña afectó su alcance. En estos tiempos, donde las redes sociales pueden definir elecciones, un error así puede costar mucho.
Considero que su
candidatura tuvo puntos positivos como lo fue el medioambiente y la corrupción
que es algo muy valioso y muy urgente en el país. A pesar que son temas los
cuales son muy necesarios no tuvieron la acogida que se espera ya que estamos
en una sociedad donde se buscan soluciones inmediatas y no cambios a largo
plazo.
Los ecuatorianos
optaron por votar por candidatos con mas posibilidades de ganar estas
elecciones. Además, la gran cantidad de opciones políticas hizo que figuras
como González no pudieran consolidarse.
No creo que Andrea
González deba abandonar la política, pero si realmente quiere llegar lejos,
debe replantear su estrategia. Necesita más apoyo, mejorar su presencia en
medios y redes sociales, y, sobre todo, presentar propuestas más claras y
concretas para la gente. De lo contrario, su candidatura quedará como un
intento interesante, pero sin el peso necesario para hacer un verdadero cambio.